¡Cuántas veces nos ha pasado que pareciera que adivinamos las intenciones o pensamientos de otras personas!. 

¿Será que adivinamos? 

Desde la psicología te diría que no. Todas las personas tenemos la capacidad de anticipar el comportamiento de otros. Esta capacidad se llama teoría de la mente, técnicamente según Riviere en 1996 es la competencia de atribuir mente a otros, de predecir y comprender sus conductas en función de entidades mentales como las creencias, deseos e intenciones. 

La pregunta sería: 

¿Para qué sirve? Y ¿por qué muchas veces la usamos sin darnos cuenta? 

La respuesta a la primera pregunta sería: para muchas cosas, una de las principales es para interactuar y relacionarnos socialmente. Imagínate en un salón de clases o en una reunión, si alguien levanta la mano suponemos que quiere hacer una pregunta o si alguien nos mira bostezando suponemos que tiene sueño o en el peor de los casos que lo estamos aburriendo. Estas suposiciones las hacemos sobre la base de conocimientos previos. 

También nos sirve para conocer el contexto en el que nos encontramos y entender tips o claves contextuales (sabemos que las reglas sociales implican esperar turnos e incluso realizar algún gesto para que nos den la palabra para hablar). 

Nuestro proceso de Teoría de la mente toma toda esta información y hace una inferencia, por ejemplo: (está bostezando porque le aburro) y sobre esta inferencia nos comportamos (si supongo que le aburro puedo enojarme y decírselo, ignorarlo o sentirme mal por ello). 

Pensemos incluso en algo más simple ¿cómo sabemos que regalo le puede gustar a un amigo o amiga?: Inferimos. Como veras, todo el tiempo hacemos uso de nuestra teoría de la mente y lo hacemos tan cotidiano que ni siquiera nos damos cuenta que es una habilidad que vamos desarrollando y se complejiza. 

¿Cómo entendemos un chiste, ironía o doble sentido? 

Lo hacemos porque nuestra teoría de la mente nos prepara para ello, en términos técnicos nos permite hacer uso y comprender el lenguaje pragmático. 

Ahora bien, como toda habilidad puede funcionar mal o puede necesitar que la estimulemos… algunas veces con ayuda profesional. 

¿Por qué? 

Porque nos lleva a entender aspectos que hacen al mundo social y nos permiten insertarnos en él. Conocer este proceso nos puede ayudar a entender que a veces algunos chicos pueden no entender un chiste, no entender reglas sociales, darse cuenta que alguien se puede enojar, sentir mal e incluso comprender que dos personas pueden pensar distinto. 

Ahora bien, a veces podemos cometer errores, la teoría de la mente no es una habilidad 100% efectiva y cuando nos damos cuenta del error corregimos y la estimulamos para que no vuelva a cometer el mismo error (aunque puede fallar, dijo un gran ilusionista). 

¿De qué manera? 

Por ejemplo contrastando con la otra persona si nuestra inferencia fue correcta. 

Pero no siempre somos capaces de darnos cuenta que funciona mal o que no la entrenamos lo suficiente. Por eso es importante conocer de qué se trata para saber cuándo es necesario que nos ayuden a desarrollarla y cuando solamente necesita un ajuste. 

Ahora ya conoces algo más de tus competencias, esta vez desde LA TEORIA DE LA MENTE. 

Dra María José Aguilar 
Psicología
Mat: 47362