Lic. Alejandra Nill – M.P. 1540

Frecuentemente se dice que: “Una alimentación saludable es fundamental para lograr un crecimiento y desarrollo adecuados en la infancia y para mantener un óptimo estado de salud a lo largo de toda la vida.” Ahora bien, cuando queremos ponerlo en práctica surgen un sinfín de dificultades (falta de tiempo y/o de ganas de cocinar, poca aceptación de las preparaciones saludables por parte de la familia, las actividades, la economía familiar, etc.) y algunos interrogantes como:

¿qué alimento es más saludable?

¿cómo puedo organizar la alimentación a pesar del poco tiempo?

Entonces es ahí donde aparece la industria alimentaria, que conoce nuestras dificultades mejor que nosotros y, de la mano de los “alimentos” ultraprocesados y su marketing, nos ofrece una “solución” para todo.

Es así como estos productos de comida y bebida ultraprocesados están desplazando el patrón tradicional de alimentación saludable.

Pero, ¿qué dicen de esto las recomendaciones científicamente avaladas?

Los productos comestibles altamente procesados (ultraprocesados) son inventos de la ciencia y de la tecnología de los alimentos industriales. Están elaborados principalmente con ingredientes industriales, derivados de alimentos pero que normalmente contienen poco o ningún alimento natural, aunque su elaboración incluye técnicas diseñadas para imitar el aspecto, la forma y cualidades sensoriales de los mismos. Vienen envasados, listos para consumirse como “snacks” y bebidas o para calentar y por lo tanto, requieren poca o ninguna preparación culinaria. La mayoría están creados para ser consumidos por sí solos o en combinación con otros productos ultraprocesados.

Gran parte de los ingredientes de los productos ultraprocesados son aditivos, incluyen entre otros, conservantes, estabilizantes, emulsionantes, disolventes, aglutinantes, aumentadores de volumen (aire o agua), edulcorantes, resaltadores sensoriales, saborizantes y colorantes. En muchos casos también se les añaden vitaminas y minerales sintéticos para “fortificar” los productos.

El efecto de los ultraprocesados en la salud:

· Son nutricionalmente desequilibrados: en general altos en calorías, grasas saturadas y/o “trans”, azúcar, sal y escasos en fibra dietética y otros compuestos saludables.

· Pueden crear hábitos de consumo y adicción: sus ingredientes y formulación son susceptibles de trastornar los procesos endógenos del sistema digestivo y del cerebro que controlan la saciedad y el apetito, aumentando así el riesgo de obesidad y diabetes. Además, son fáciles de consumir por lo que pueden fácilmente desplazar comidas y platos preparados a partir de alimentos nutritivos.

· Muchos productos ultraprocesados se publicitan con mensajes engañosos, pretendiendo imitar a los alimentos naturales o platos tradicionales, usando aditivos que reproducen aromas, sabores y colores. Algunos, mediante el agregado de fibra, vitaminas y minerales sintéticos o el reemplazo de azúcar por edulcorantes artificiales, permite que los fabricantes los publiciten como saludables, cuando no lo son.

Ejemplos: sopas enlatadas o deshidratadas, sopas y fideos empaquetados «instantáneos», margarinas, cereales de desayuno, mezclas para bizcochuelo, papas fritas, bebidas gaseosas, jugos, galletitas, caramelos, alfajores, mermeladas, salsas listas para consumir, helados envasados, chocolates, fórmulas infantiles, leches para niños pequeños y productos para bebés, barras de cereales, muchos tipos de panes, tortas, postres, y productos «listos para calentar», etc. Estos productos ultraprocesados se consumen generalmente en el hogar o en locales de comida rápida e incluyen también productos como hamburguesas, salchichas, papas fritas, “patitas” de pollo, palitos de pescado precocidos, pizza, etc.

Debido a la publicidad, estos productos resultan atractivos e interesantes, en especial para los niños y jóvenes.

De esta manera, los efectos de productos ultraprocesados son problemáticos y afectan la nutrición y la salud. La evidencia indica que el desplazamiento de los alimentos naturales o mínimamente procesados y de las comidas caseras por estos productos está conduciendo al aumento de obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la alimentación (diabetes, hipertensión, dislipemias y algunos tipos de cáncer).

¿Qué supone entonces una alimentación saludable?

Hoy en día se conocen bien los principios básicos de una alimentación saludable. La alimentación basada en comidas caseras, hechas con alimentos sin procesar o mínimamente procesados se asocia con buena salud y bienestar. Esto es el resultado de la calidad nutricional de dichos alimentos e ingredientes, así como de los beneficios emocionales, mentales y sociales de preparar comidas con ellos y compartirlas con otras personas.

Estos alimentos son: cereales y legumbres, frutas y verduras, carnes y huevos, lácteos y derivados y grasas de origen vegetal (aceites, frutos secos y semillas). También es importante el concepto de variedad, ya que cuanto más variada sea la alimentación, más fácil será obtener todos los nutrientes necesarios: variar los colores de frutas y verduras (verdes, rojos, amarillos, anaranjados, violáceos), variar los tipos de carnes (vaca, pollo, pescado, etc.) y variar los tipos de cereales y legumbres (arroz, polenta, quínoa, pan integral, lentejas, garbanzos, etc.).

Fuente:

– Ministerio de Salud de la Nación. Guías Alimentarias para la Población Argentina, Buenos Aires. 2016.

– Organización Panamericana de la Salud (2015). Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas. Washington, DC;
Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=11153%3Aultra-processed-food-and-drinkproducts&catid=4999%3Adocuments&lang=em